jueves, 6 de enero de 2011

Cardo o Ceniza: Dos mujeres que sacudieron a América Latina

Por: Manuel Medina

En Latinoamérica, una sociedad marcada en sus inicios por un puritanismo absurdo, ligado a tradiciones católicas de larga data, surgió algo que Foucault atribuye a la época victoriana: Una censura al sexo, un mutismo que confinó el sexo como lícito solo en la alcoba matrimonial. Teniendo en cuenta el estrecho vínculo entre sexo y amor (diferenciando claro está el sexo del amor) he decidido traer historias, que si no fueron escandalosas, por lo menos sacudieron a la América Latina de ese entonces. Estas dos historias son en un tiempo paralelas y en un punto, cruzadas.

Violeta del Carmen Parra Sandoval o simplemente Violeta Parra, nacida en 1917 al sur de Chile, fue un exponente de la música, la pintura, los telares y la poesía latinoamericana. De origen humilde, y miembro de una familia de artistas, Violeta dedicó su vida a la difusión del arte en conciertos en el exterior dando a conocer el folclor chileno, y a través de Peñas artísticas, que debido a su afiliación de izquierda fueron combatidas por el régimen de Augusto Pinochet.

Violeta Parra vivió dos desamores, el primero de Luis Cereceda que la dejó porque al parecer el comportamiento de Violeta, demasiado inquieto para la época no se ajustaba a los cánones tradicionales, marcados esa tradición católica heredada de los españoles. No sé si fue de este desamor o del simple hecho de conocer muy bien la sensación, que escribió esta canción que refleja su lamento. Estoy seguro que su ritmo les resultará extraño pero apreciable pues usa ritmos de la música indígena Mapuche.

Dicen, y como cuenta Chabuca Granda, que cuando Violeta murió de un tiro en la cabeza, su guitarra se partió. Violeta, se había suicidado por un segundo desamor. El suizo Gilbert Favré había abandonado a Violeta, y ésta al buscarlo lo encontró casado, viviendo en La Paz.

María Isabel Granda Larco o simplemente Chabuca Granda como la recuerdan con cariño, nació en la Cotabambas, Perú, en 1920, y forjó una carrera musical que al día de hoy perdura como recuerdo de aquella Lima señorial, estudió en un exclusivo colegio de San Isidro, en Lima y dedicó toda su vida a las artes. Es precisamente en esta época cuando, sacude a aquella sociedad conservadora con su divorcio, algo no muy bien visto por la sociedad de aquellos tiempos. Sin embargo, no puedo imaginar el alboroto aún mayor que debió ocasionar una de sus más conocidas canciones…

Esta canción, marca el punto en el que la vida musical de Violeta y Chabuca se cruzan. Pues Chabuca la escribió inspirada en el desamor y suicidio de Violeta, y seguramente inspirada tambien en la experiencia de su propio divorcio. Solo me imagino como esta canción revolucionó a la Latinoamérica de aquella época por su disimulado (¿o evidente?) contenido erótico.

Bien, pues les he contado toda esta historia (en la que resulta difícil encontrar información precisa pues esta difiere de una fuente a otra), con el ánimo de contextualizarlos para la siguiente canción donde la sociedad latinoamericana del siglo pasado, se junta con el amor, el sexo silenciado, y los sentimientos de dos mujeres artistas de nuestra América Latina.

La versión que les dejo es una adaptación moderna de Jaime Cuadra, que elegí pues explica a la perfección la relación entre las dos mujeres, por si prefieren la versión original esta se encuentra más abajo.


Versión original: